¿No se deja de lado el jabón tradicional en favor del gel de ducha? ¿No está casi escondido en las estanterías? Tanto el jabón como el gel de baño tienen muchos beneficios, pero ¡cuidado!
Todo depende del tipo de piel y, sobre todo, de la calidad del producto. Se recomienda comprobar su composición antes de usarlo. Este artículo arroja luz sobre el tema y te da algunos consejos acertados para decidir; gel de ducha o jabón, ¿cuál encaja en tu baño?
¿Qué jabón para cada piel?
Algunas diferencias entre el jabón y el gel de ducha
El jabón de tocador se puede encontrar comercialmente en diferentes formas y esto es para satisfacer todo tipo de pieles, incluso las más delicadas.
El jabón tradicional contiene grasas animales o vegetales y minerales como la potasa y la sosa. El jabón líquido contiene más agua. El jabón de Marsella tradicional se presenta en jabón líquido jabón. En realidad está más diluido.
El gel de ducha tiene la ventaja de tener un pH cercano al de la epidermis. Es más suave para la piel. Por ello, es adecuado para las pieles secas o irritadas, ya que es menos agresivo que el jabón tradicional. Sin embargo, la composición de los geles de ducha es difícil de descifrar. Sucede que algunos geles de ducha resecan la epidermis o incluso provocan alergias.
Jabón supergraso y dermatológico
Aceite de almendras o manteca de karité se añade en el jabón supergraso. Este último está recomendado para las pieles con tendencia a la grasa y las pieles maduras.
El jabón dermatológico o “sin jabón” contiene agentes sintéticos que limpian con la misma eficacia que el jabón tradicional. La pastilla dermatológica se recomienda para las pieles más sensibles.
Jabón o gel de ducha, privilegio natural en ambos casos. Pero descifrar las etiquetas no suele ser evidente. Además, recuerda que menos puede ser más. Cuanto más sencilla y clara sea la composición, más probable será que el producto sea seguro para tu cuerpo.
¡Los beneficios del jabón con condiciones!
Sin querer promocionar el jabón, no podemos negar que es más limpiador que el gel de ducha. Lava los poros en profundidad y evita el desarrollo de bacterias.
Además, el jabón es fácil de aclarar. Después de la ducha, la piel se seca más rápidamente. El jabón garantiza la mejor higiene de tu cuerpo.
A diferencia del gel de ducha, los verdaderos jabones como el de Marsella o el de Alepo no contienen aditivos.
Sin embargo, ¿puedes identificar un verdadero jabón?
Jabón de Marsella
El jabón de Marsella se beneficia de una denominación de origen controlada y contiene más de un 70% de aceite vegetal.
En la etiqueta, le será fácil distinguir el olivato de sodio que corresponde al aceite de oliva o el cocoato de sodio que es el aceite de copra procedente del coco.
Encontrará jabones de Marsella de color crema (copra) o verde (oliva).
Jabón de Alepo
El jabón de Alepo contiene más de un 70% de aceite de oliva así como alrededor de un 15% de aceite de laurel.
El jabón natural de Alepo está elaborado artesanalmente con aceites de oliva y de laurel.
Tiene un pH neutro y no contiene fragancias ni parabenos.
Es perfecto para bebés y pieles sensibles.
Jabón negro
Rico en vitamina E, el jabón negro cosmético también es conocido por su poder purificador y sus cualidades exfoliantes.
Limpia la epidermis de células muertas y otras impurezas.
Además, el pH de 5 del jabón negro lo hace no perjudicial para la piel, a diferencia de muchos jabones hechos con hidróxido de sodio o sosa.
El jabón negro es concentrado, así que recuerda diluirlo con agua antes de aplicarlo.
En general, se recomienda preferir los jabones a base de aceites vegetales como el de oliva, el de almendras o incluso el de palma. Hay que evitar las sustancias sintéticas conocidas como tensioactivos y animales. También hay que tener cuidado con los perfumes que pueden ser una fuente de irritación para la piel. Los colorantes y conservantes no deben estar presentes en un jabón tradicional. No dudes en echar un vistazo a la etiqueta.
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Es bueno saberlo
Ten en cuenta que el jabón puede irritar la piel. Sin embargo, la temperatura y la cal del agua tampoco son inocentes. Hidratar la piel después de la ducha es fundamental. Las cremas hidratantes o los aceites como el aceite de argán aceite son ideales para alisar y suavizar la epidermis.
Además, la toallita de lavado no es recomendable: permanece húmeda durante largas horas y se aclara mal. Las bacterias tienden a crecer ahí. ¡Prefiera sus manos!
A la hora de elegir, ten en cuenta los cosméticos ecológicos. Estos llevan etiquetas de certificación. Estos productos se basan en ingredientes naturales y su eficacia es equivalente a la del jabón convencional. Los jabones de origen vegetal, como los que llevan Caléndula, son estupendos para la piel.
Haz tu propio jabón
¿Has hecho alguna vez tus propios jabones?
El libro Creo mis jabones de forma natural de Leanne y Sylvain Chevallier ¡quizá convenza a los más frioleros!
La pareja de autores te guía a través de sencillas técnicas de elaboración de jabón en frío.
Las recetas no contienen colorantes ni fragancias y están ilustradas.
El resultado es natural e hidratante.
En resumen
Ante esta variedad de jabones y geles de ducha, lo más sensato es conocer tu piel, para optar por un jabón que se adapte a ella y sea lo más natural posible.
El jabón es sin duda más económico que el gel de ducha. Más diluido, el gel de ducha tiende a consumirse más rápidamente. Sin embargo, el gel de ducha es más práctico, sobre todo cuando se viaja. Su envase hermético es fácilmente transportable.
Además, la composición del jabón suele ser más natural. Como hemos visto, la pastilla de jabón vegetal es ideal para las pieles sensibles e hidrata las pieles más frágiles.