El acné es la enfermedad de la piel más común en el mundo. En la adolescencia, aproximadamente el 85-90% de las personas lo padecen. Asimismo, afecta al 25% de los adultos.

Esto explica el impresionante número de consultas sobre esta enfermedad en los dermatólogos. El acné afecta principalmente a la cara, pero también puede extenderse a otras partes del cuerpo como el cuello, el pecho, la espalda, etc.

El acné es la expresión de una inflamación de los folículos pilosebáceos, favorecida por una hipersecreción de sebo por parte de las glándulas sebáceas.

En ausencia de acné, las glándulas sebáceas segregan una cantidad normal de sebo. Este sebo pasa por el canal pilar para cubrir la superficie de la piel y protegerla de las agresiones externas.

Sin embargo, cuando hay acné, estas glándulas, bajo el efecto de las hormonas, segregan sebo de forma excesiva: esto se llama hiperseborrea. El exceso de sebo se acumula bajo la piel en el canal pilar y acaba obstruyéndolo y provocando la inflamación de las paredes foliculares. Esta acumulación subcutánea de sebo da lugar a la aparición de granos en la piel.

A partir de este proceso que provoca la aparición del acné y sus manifestaciones, los especialistas han desarrollado diversos tratamientos para combatir este problema cutáneo.

Así, además de los tradicionales tratamientos tópicos y orales, hace unos años que también se recurre al tratamiento del acné con láser.

Por qué utilizar el láser

Los tratamientos indicados para el acné difieren según los tipos de lesiones que caracterizan la enfermedad y su extensión en la piel.

En general, para las lesiones básicas como los comedones y los microquistes, se prescriben a los pacientes tratamientos tópicos como los geles locales de retinoides (isotretinoína).

En el caso de lesiones inflamatorias como pápulas, pústulas o nódulos, se utilizan tratamientos a base de antibióticos, peróxido de benzoilo, etc.

Sin embargo, a veces estos tratamientos son ineficaces o tienen efectos secundarios (si es que funcionan). Es el caso, por ejemplo, de las cicatrices que dejan algunos acnés severos. Además, hay casos en los que está contraindicado el uso de estos tratamientos.

Ya sea por elección o por falta de ella, muchas personas recurren a los tratamientos con láser, porque aunque son caros, no tienen efectos secundarios preocupantes.

Láser y su funcionamiento

Aquí podemos distinguir el tratamiento del acné de sus secuelas.

Tratamiento del acné

Los láseres funcionan según dos principios: el primero es una disminución de la proliferación bacteriana y el segundo es una destrucción de las glándulas sebáceas responsables de la hiperseborrea.

En este último caso, lo que se trata es el exceso de sebo.

Disminución de la proliferación bacteriana

La disminución de la proliferación bacteriana se realiza sobre todo con luz azul, pero también puede hacerse con luz pulsada y láseres vasculares.

laser v-star cynosure

El láser V-Star de Cynosure

Los láseres para conseguirlo vienen en muchas formas y cada consulta hace la elección de los que le convienen. Algunos ejemplos son las luces policromáticas pulsadas (Deka o Cutera) o el láser de colorante pulsado V-Star de Cynosure.

La acción de estos láseres es sencilla. En efecto, el Propionibacterium acnes (la bacteria responsable de la inflamación) estalla bajo el efecto de las luces proyectadas por los láseres.

Durante la sesión de tratamiento, el paciente lleva una protección ocular en forma de concha: pueden ser almohadillas o gafas.

El tratamiento del acné con láser se realiza sobre la piel limpia y las longitudes de onda de los láseres son tales que no alteran las capas superficiales de la piel.

Otro de los posibles tratamientos con láser es la fototerapia dinámica.

En este caso, se aplica un producto fotosensibilizante sobre la piel y se utiliza luz roja para irradiar las zonas aplicadas. Bajo el efecto de la luz, el producto fotosensibilizante se activa y provoca la fibrosis de las glándulas sebáceas.

Tratamiento del exceso de sebo

Aquí se utilizan generalmente los láseres infrarrojos. Podemos mencionar, entre otros, el láser Smoothbeam de Candela o el láser Genesis de Cutera.

laser smoothbeam Candela

El láser Smoothbeam de Candela

La finalidad de estos láseres es disminuir la actividad secretora de las glándulas sebáceas. El objetivo es inducir una fibrosis de las glándulas sebáceas comparable a la obtenida con la isotretinoína.

Se requieren de cuatro a cinco sesiones de tratamiento para lograr resultados tangibles. Estas sesiones deben espaciarse al menos un mes.

Además de estas sesiones, se requieren sesiones de mantenimiento cada seis a doce meses. Los resultados del tratamiento varían de un paciente a otro.

También existe un láser aún más novedoso, el láser Sebacia, que destruye las glándulas sebáceas. Para ello, el especialista aplica una solución preparada con micropartículas compuestas de sílice y oro mediante un masaje en las zonas propensas al acné.

Estas moléculas penetran profundamente en las glándulas sebáceas, donde se acumulan.

Bajo el efecto de la radiación láser, estas moléculas acumuladas absorben la energía suministrada y destruyen las glándulas desde dentro. Se trata de un proceso comparable a la terapia fotodinámica.

Tratamiento de las secuelas del acné

Hablamos del tratamiento de las cicatrices que deja el acné después del tratamiento. Para estos tratamientos se utilizan los láseres remodeladores. Existen varios tipos de estos.

fractional CO2 laser

Un ejemplo de láser fraccional de CO2

Muchos utilizan el láser de CO2 fraccionado. Se trata de un láser que se encarga de nivelar la piel por abrasión. De hecho, a través de su calor, estimula las capas profundas de la dermis para generar la retracción de la piel.

Además del láser fraccional de CO2, también podemos distinguir el láser FRAXEL, que es un láser fraccional, pero no ablativo. Sus dos longitudes de onda (1550 nm y 1927 nm) le permiten actuar a diferentes profundidades. Parece que este láser es hoy uno de los mejores compromisos entre eficacia, riesgo terapéutico e importancia de los resultados.

También distinguimos el láser de ARAMIS, que es un láser remodelador que mejora el tono de la piel. Calienta la dermis e induce la “neocolagenosis”.

Contraindicaciones del tratamiento del acné con láser

Las contraindicaciones deben ser determinadas por un especialista incluso antes del tratamiento.

Sin embargo, es importante recordar que los tratamientos con láser no son tratamientos de primera línea. No se utilizan contra las formas tempranas del acné. Para éstas, los tratamientos locales y sistémicos suelen ser suficientes.

tratamiento del acné con láser

Los láseres sólo funcionan en el acné leve o moderado. Foto: thescienceofacne.com

Los láseres están sólo indicados para el acné de moderado a severo. Sin embargo, las pieles negras y oscuras son más difíciles de tratar.

Para este tipo de pieles, aunque sólo se pueden utilizar eficazmente los LED, la reducción de las fluencias del láser Smoothbeam también puede permitir su uso.

En contra de lo que temen algunos pacientes, el láser no está contraindicado para el tratamiento del acné durante el embarazo.

Al contrario, en algunos casos de acné severo durante el embarazo, mientras que a las mujeres embarazadas se les prohíbe la aplicación de ciertas cremas peligrosas o la ingesta de ciertos medicamentos, el tratamiento con láser suele ser prescrito por los especialistas.

Además, cabe destacar que el tratamiento con láser puede interferir con ciertos medicamentos.

Riesgos y efectos secundarios del tratamiento con láser

Así que el tratamiento con láser para el acné tiene claramente ventajas. El procedimiento es rápido y puede controlar el acné tras unas pocas sesiones. Sin embargo, estos tratamientos someten al sujeto a algunos riesgos o efectos secundarios.

Aunque éstos son, en su mayoría, fácilmente contrarrestados por los dermatólogos, es necesario hablar de ellos. En efecto, durante los procedimientos de tratamiento, el paciente experimenta pinchazos, ya que los láseres producen calor.

Sin embargo, algunos tratamientos van más allá del hormigueo y son dolorosos. El dolor experimentado difiere de un láser a otro y de un paciente a otro.

En cuanto al tratamiento del acné en sí, es posible experimentar una sensación de quemadura solar después de las sesiones de tratamiento.

Esta sensación suele durar unas horas, pero puede persistir hasta dos días.

También es posible que se produzca un enrojecimiento e hinchazón transitorios de la piel.

Además, puede producirse un empeoramiento transitorio del acné al inicio del tratamiento con láser. Este empeoramiento varía entre los láseres y se debe a una eliminación gradual de los quistes.

En cuanto al tratamiento de las cicatrices del acné, los láseres ablativos (especialmente en casos de pieles bronceadas u oscuras) pueden producir hiperpigmentación transitoria.

Cuando se utilizan láseres fraccionados de CO2, se han dado casos excepcionales de hipopigmentación definitiva.

Además, hay que tener en cuenta que el uso de ciertos medicamentos, como la isotretinoína, puede provocar reacciones molestas durante los tratamientos con láser. Por ello, es indispensable hablar con su dermatólogo sobre cualquier tratamiento en curso.

En conclusión

Por último, tengamos en cuenta que estos tratamientos láser no son una varita mágica que hará desaparecer el acné para siempre. Siempre van seguidos de cuidados postoperatorios.

Estos postratamientos están destinados a tratar los posibles efectos secundarios de los tratamientos con láser. Difieren según el paciente y los láseres utilizados.

En general, consisten en la aplicación de cremas hidratantes calmantes no comedogénicas y la protección del sol.

También hay que tener en cuenta que estos tratamientos no están cubiertos por la seguridad social y son caros. Las consultas suelen fijar el precio en función de las superficies a tratar.

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