El acné es sin duda la enfermedad de la piel más común en la especie humana: muchos adolescentes y adultos se ven a menudo afectados por esta dermatosis.

Algunos estudios han demostrado que el acné es principalmente un fenómeno hormonal: son los andrógenos los que controlan el desarrollo de las lesiones del acné.

Aunque sus causas aún no están determinadas con exactitud, los estudios han permitido establecer numerosos tratamientos -basados en las manifestaciones de la enfermedad- destinados a tratar las lesiones de acné.

Así, existen varios métodos de tratamiento para tratar estas lesiones. Van desde los tratamientos farmacológicos hasta los tratamientos naturales y algunos métodos quirúrgicos.

Esta página le presenta algunos de los métodos de tratamiento del acné más utilizados y proporciona enlaces a páginas con información más detallada.

Dieta antiacné

En los últimos años, ha habido muchas ideas contradictorias sobre cómo influye lo que comemos en la aparición o el desarrollo del acné.

Algunas personas creen que la alimentación desempeña un papel importante en la aparición de las lesiones de acné, mientras que otras piensan que no tiene nada que ver.

Sin embargo, para formarse una opinión personal sobre el impacto de la dieta en el acné, se podría tener en cuenta un simple hecho: mientras que el acné afecta a una gran población occidental, no existe entre algunos pueblos indígenas.

En efecto, estos últimos suelen llevar una dieta de bajo índice glucémico. Sin embargo, cuando adoptan la dieta occidental, la tasa de personas con acné aumenta y se vuelve similar a la observada en los países occidentales.

La deducción parece sencilla: los alimentos con índice glucémico (IG) intervienen en el acné.

Además de estos alimentos, los ricos en ácidos grasos omega-3 y en zinc también tienen aspectos beneficiosos.

Tratamientos naturales/caseros para el acné

Los tratamientos naturales pueden ser una interesante alternativa a los tratamientos farmacológicos cuando uno no puede permitirse el coste de estos tratamientos, no soporta sus efectos secundarios, o simplemente cuando resultan ineficaces.

Muchos métodos de tratamiento natural pueden realizarse directamente en casa, sin necesidad de asesoramiento médico ni de ingredientes no disponibles.

En efecto, es posible beneficiarse de las virtudes exfoliantes, desinfectantes, antimicrobianas y antiinflamatorias sin necesidad de ingerir o aplicar medicamentos.

Tratamientos farmacológicos

Entre los tratamientos farmacológicos más utilizados están los antibióticos, la isotretinoína, el peróxido de benzoilo y el ácido azelaico.

Antibióticos

Los antibióticos se utilizan a menudo en el tratamiento del acné.

Sin embargo, dado que el acné no es una infección, se podría cuestionar la utilidad de los antibióticos.

En realidad, en el caso del acné, es la función antiinflamatoria de estos antibióticos lo que se busca aprovechar. Los antibióticos se utilizan principalmente para el tratamiento del acné grave, caracterizado generalmente por lesiones inflamatorias (pápulas y pústulas) que aparecen como resultado de la inflamación del folículo pilosebáceo.

Dado que la inflamación está causada por el Propionibacterium acnes, es en un esfuerzo por combatir la acción de esta bacteria que se prescriben los antibióticos.

Al tener fuertes contraindicaciones y posiblemente tener efectos secundarios no despreciables, deben utilizarse con la máxima precaución.

Isotretinoína

La isotretinoína se considera prácticamente el tratamiento más eficaz para el acné.

Forma parte del grupo de los retinoides junto con la tretinoína, de la que es un estereoisómero, y el adapaleno; otras dos moléculas que también se utilizan en el tratamiento del acné.

Al igual que los antibióticos, la isotretinoína tiene actividad antiinflamatoria y es, por tanto, eficaz contra las lesiones graves del acné.

Actúa suprimiendo la acción de las glándulas sebáceas responsables de la secreción de sebo y disminuye su tamaño.

Existiendo a la venta bajo diferentes nombres en España, puede tener sin embargo graves efectos secundarios sobre la salud: su prescripción está por tanto muy bien supervisada.

Peróxido de benzoilo

El peróxido de benzoilo es un tratamiento tópico frecuentemente utilizado para las lesiones de acné, especialmente para el acné moderado.

Tiene una acción antibacteriana y antiinflamatoria y es, por tanto, eficaz en las pápulas (granos rojos a menudo dolorosos).

Su modo de acción es similar al de la isotretinoína: su función antibacteriana combate la acción del Propionibacterium acnes y evita así la inflamación del folículo pilosebáceo.

El peróxido de benzoilo también tiene una acción queratolítica (destruye los queratocitos) y regula la secreción de sebo por las glándulas sebáceas (acción sebostática).

Esta molécula, que se encuentra principalmente en forma de gel o crema, puede tener efectos secundarios bastante molestos.

Ácido azelaico

La acción del ácido azelaico es similar a la del peróxido de benzoilo: tiene una función antimicrobiana y antiinflamatoria, por lo que ayuda a disminuir la población bacteriana y la inflamación.

Sin embargo, en comparación con el peróxido, el ácido azelaico está más indicado para pieles sensibles.

Disponible en varias formas comerciales, sus resultados suelen empezar a verse tras cuatro semanas de tratamiento.

Como cualquier sustancia médica, el ácido azelaico puede tener efectos secundarios indeseables (especialmente cuando se combina con otros ingredientes activos).

Tratamientos con láser para el acné

Hay muchas razones por las que las personas con acné pueden recurrir a los tratamientos con láser.

En general, se recurre a ellos cuando los tratamientos tópicos o generales han fracasado o cuando provocan alergias.

Estos láseres -que ahora se encuentran en varias formas con diferentes características- se utilizan no sólo para tratar el acné, sino también para tratar las cicatrices que deja el acné severo.

Precauciones para las mujeres en edad fértil

No todos los tratamientos están indicados para las mujeres en edad fértil: algunas moléculas y principios activos pueden presentar grandes riesgos.

Aunque los tratamientos locales tienen generalmente varias ventajas, también presentan un riesgo teratogénico en las mujeres.

Así, las ciclinas y los retinoides están estrictamente contraindicados para las mujeres embarazadas, y las mujeres en edad fértil deben someterse a un seguimiento regular con un dermatólogo.