El acné es una enfermedad muy común. Aunque suele aparecer alrededor de la adolescencia, puede afectar a personas de todas las edades.

Este problema de la piel existe en diferentes formas dependiendo de la edad, el tipo de piel, los factores agravantes, la genética…

Así, algunas formas benignas no suponen una gran preocupación y suelen ser fáciles de tratar.

En cambio, las formas más graves -entre ellas el acné quístico– son temibles.

Se puede tener acné, pero nunca se debe tener acné quístico, porque puede causar un dolor insoportable a la persona afectada.

Es una forma de acné difícil de tratar, y los síntomas pueden persistir indefinidamente o provocar cicatrices.

En general, este acné acumula todas las lesiones básicas del acné.

Empezando por la cara, puede extenderse al cuello, el tronco, las nalgas e incluso dar lugar a otras formas raras de acné como el acné conglobata y el acné fulminante.

¿Cuáles son las lesiones básicas?

Lesiones retencionales

Como lesiones retencionales, tenemos los comedones.

Estos pueden ser abiertos (puntos negros) o cerrados (microquistes también llamados puntos blancos).

Comedones

Los comedones son la consecuencia de dos fenómenos patológicos: la hiperseborrea y una anomalía de diferenciación de los queratinocitos del ostium folicular.

La hiperseborrea se refiere a la secreción excesiva de sebo por parte de las glándulas sebáceas.

En efecto, para proteger la piel de las agresiones externas y permitirle conservar su flexibilidad, el organismo segrega sebo. Este sebo va a migrar a través del canal pilar para cubrir la piel. Esta secreción la realizan las glándulas sebáceas.

Sin embargo, cuando la secreción es excesiva, el exceso de sebo acaba mezclándose con las células que forman las paredes del canal pilar (queratinocitos), bloqueando así el canal.

Por tanto, la migración hacia el exterior ya no es posible y aparecen comedones. Estos pueden ser manchas de color negro resultantes de la oxidación de los queratinocitos.

Los quistes son comedones rodeados por una cubierta fibrosa que impide el drenaje de la glándula sebácea.

Microquistes

Los microquistes (puntos blancos) son el resultado de una obstrucción del ostium folicular.

Al continuar la secreción de queratina y sebo, se acaba produciendo un abultamiento localizado en la piel. Este abultamiento termina en una zona pálida que da la apariencia de un punto blanco en el cuerpo.

Estas lesiones retencionales crearán por tanto las condiciones necesarias para la multiplicación del Propionibacterium acnes, la bacteria responsable de la inflamación folicular.

Esta bacteria suele estar contenida en el sebo.

Las lesiones inflamatorias

Aquí tenemos pápulas, pústulas y nódulos.

Pápulas

Estas lesiones inflamatorias aparecen como elevaciones firmes, a veces dolorosas, y tienen una coloración roja. Suelen tener un tamaño inferior a 5 mm y pueden desarrollarse sobre un comedón existente o aparecer espontáneamente.

Son el resultado de la inflamación generada por la presencia de Propionibacterium acnes.

Pústulas

Son el resultado de una sobreinfección. Las pústulas contienen líquido purulento que puede drenar o romperse para dar lugar a los nódulos. Tienen un tamaño similar al de las pápulas.

Nódulos

Los nódulos son lesiones más profundas con un diámetro superior a 5 mm, o incluso 7 mm. A menudo evolucionan hacia un absceso y dan lugar a cicatrices, una de las complicaciones más temidas.

Estas cicatrices suelen presentarse de tres formas: las cicatrices atróficas, que son poco profundas y relativamente fáciles de cuidar; las cicatrices ampolladas, que son más difíciles de cuidar; y las cicatrices en forma de “picahielo”, que son más profundas y estrechas.

tipos de lesiones de acné

Los puntos negros y los puntos blancos son lesiones retencionales, mientras que las pápulas, las pústulas y los nódulos son inflamatorios ©grtisalak/123RF

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Como el acné quístico afecta a la cara, sus víctimas pueden acabar con un rostro completamente “granulado”.

Esta es una de las principales razones por las que es importante tratar el acné rápidamente: para evitar daños irreversibles. No obstante, el alcance de las cicatrices varía en función de la gravedad del acné

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¿Qué causa el acné quístico?

Al igual que ocurre con los demás tipos de acné, por el momento se desconocen las causas exactas del acné quístico. Sólo se han podido determinar los factores agravantes de sus lesiones a partir de las manifestaciones descritas anteriormente.

Respecto a estos factores, podemos retener que se debe evitar cualquier situación que pueda modificar la temperatura corporal (ya sea de forma más o menos brusca).

Así, hay que evitar el consumo de alcohol, la comida picante, la exposición al sol… en definitiva, cualquier factor que pueda ser el causante del enrojecimiento, ya que éste se atribuye a una dilatación excesiva de los vasos. También es importante llevar un estilo de vida saludable.

Aquí tienes una infografía sobre algunos de los factores que afectan a la calidad de la piel y que también pueden agravar el acné quístico:

factores de calidad de la piel

Independientemente del tipo de acné, un estilo de vida saludable es esencial ©tudmeak/123RF

¿Quién puede sufrir acné quístico?

Cualquier persona puede sufrir acné quístico. Sin embargo, este tipo de acné es más común en hombres que en mujeres. Además, quienes tienen una piel fotosensible son más propensos a esta dermatosis.

Además, se ha determinado que los genes pueden ser la base de los brotes de acné. Generalmente, las personas cuyos padres sufrieron acné quístico son más propensas a experimentar acné quístico.

Tratamientos del acné quístico

Antes de cualquier indicación de tratamiento para el acné quístico, recordemos que no se trata de un acné ordinario: arraiga profundamente en la piel.

Dadas las complicaciones que puede causar, es obligatorio llamar a un dermatólogo. Éste realizará exámenes para prescribir los tratamientos adecuados, según cada caso.

Sin embargo, a título indicativo, enumeraremos aquí algunos tratamientos eficaces para el acné quístico.

Para el acné quístico, es posible utilizar :

Antibióticos

antibióticos

Los antibióticos deben utilizarse con precaución ©sudowoodoo/123RF

En cuanto a los antibióticos para el acné quístico, tenemos los de la familia tetraciclinas, entre los que destaca la doxiciclina.

Están destinadas a combatir las bacterias responsables del acné y, por tanto, a reducir las pápulas y pústulas que son lesiones causadas por la inflamación del folículo pilosebáceo.

Estos antibióticos nunca deben combinarse con retinoides o ácido azelaico, ya que se corre el riesgo de sufrir hipertensión intracraneal.

Retinoides

Hay varios tipos. Entre ellos, está el adapaleno o incluso la retinoína.

La tretinoína existe como solución, crema, gel. Algunas de sus formas comerciales son Retin-A® y Effederm®. La tretinoína puede utilizarse sola o en combinación con la eritromicina para una mayor eficacia contra los brotes pustulosos.

En cuanto al adapaleno (Differine®…), es una solución eficaz contra la inflamación folicular. A veces se prefiere a los retinoides, sobre todo en los casos de mala tolerancia por parte del organismo.

roaccutane

Roaccutane® es un retinoide popular, pero controvertido ©vidal.co.uk

Otra distinción es la isotretinoína (Curacne®Gé, Roaccutane®, Curacne), que es una molécula isómera de la tretinoína. Entre los retinoides, la isotretinoína es uno de los tratamientos más eficaces para combatir el acné quístico.

Reduce de forma impresionante la aparición de quistes y también puede combinarse con eritromicina al 2%. La isotretinoína puede encontrarse en forma de gel al 0,05%.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la isotretinoína puede tener efectos secundarios.

Entre ellos se encuentran la sequedad de la piel y los ojos, la fotosensibilidad que requiere la máxima protección solar, los abortos espontáneos y los defectos de nacimiento, entre otros.

Estas razones implican que la prescripción de isotretinoína debería requerir un dermatólogo y no cualquier médico

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Ácido azelaico

El ácido azelaico ayuda a combatir la inflamación del folículo pilosebáceo impidiendo el crecimiento excesivo de Propionibacterium acnes. Algunas de sus formas comerciales son Skinoren® y Finacea®.

Estos tratamientos también son queratolíticos y pueden utilizarse en lugar de los retinoides o en combinación con ellos.

Peróxido de benzoilo

curaspot

El gel de peróxido de benzoilo Curaspot® también es un producto popular

Esta molécula tiene propiedades similares al ácido azelaico. Al ser antiinflamatorio, el peróxido de benzoilo también ayuda a combatir el enrojecimiento. Se puede encontrar en gel y crema (Curaspot®, Eclaran®, Pannogel®…).

Es posible combinar estos tratamientos con los retinoides, pero es necesario tener en cuenta algunos datos.

En efecto, el peróxido de benzoilo puede irritar el organismo. Por ello, se recomienda aplicarlo rigurosamente sobre los granos rojos, y utilizar una lencería de color blanco, ya que este producto decolora la ropa.

Además, es preferible aplicar el peróxido de benzoilo por la noche, ya que puede reaccionar al sol. Por lo tanto, se debe usar protector solar por la mañana si se aplica el producto antes de salir.

Lasers

Los láseres son eficaces para tratar las manchas vasculares. Entre los láseres, es posible distinguir entre los láseres KTP y los láseres de colorante pulsado.

Este costoso tratamiento se realiza necesariamente con la ayuda de un especialista y son necesarias varias sesiones antes de poder observar mejoras.

Una de las desventajas del láser es que puede ser algo doloroso. Sin embargo, el dolor se mantiene dentro del ámbito de lo soportable.

Puede encontrar más información sobre este tema en nuestra página tratamientos del acné con láser.

Algunos consejos

Recordemos también que a la hora de tratar el acné es importante adoptar algunas buenas conductas que pueden ayudar al tratamiento.

Por ejemplo, es muy útil lavarse la cara dos veces al día utilizando limpiadores solubles en agua. También es importante elegir un gel hidratante, especialmente uno no comedogénico, para hidratar la piel después de la ducha.

También es muy beneficioso para las pieles con tendencia al acné exfoliarse al menos una vez a la semana. La mejor manera de hacerlo es utilizar un producto exfoliante a base de ácido salicílico.

Uno de los errores que no hay que cometer en el caso del acné quístico es masticar los granos. Este comportamiento aumenta el riesgo de irritación y cicatrización.

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